La fotógrafa Irina Popova realiza una sesión fotográfica en la que capta cómo vive en Rusia la pequeña Anfisa, una bebé de dos años que convive con el abuso de drogas y alcohol de sus padres.
En las imágenes se ve a la pequeña, meterse un cigarro a la boca mientras su madre se recupera de una sobredosis y estar rodeada no sólo por sus padres adictos sino por sus amigos también.
Pasha y Lilya son los padres de la menor, la madre tiene una enfermedad de transmisión sexual y se hizo el examen del VIH aunque hasta el momento desconoce el resultado.
La fotógrafa conoce a la familia desde que se mudó a San Petersburgo y vio a Lilya orinando en la calle a las dos de la mañana con la bebé atada a una sillita,
Popova estuvo en la casa durante dos semanas.El diario
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